Así se refería Coco Chanel a su única
rival, Elsa Schiaparelli; sus diseños fueron excéntricos e innovadores dignos de una obra de arte, esto chocaba
contra el pragmatismo de Coco. El idilio
entre la moda y el arte viene de hace mucho tiempo, y Schiaparelli fue la
máxima exponente de la unión entre ambos.
Fue la
primera en traducir las ideas del surrealismo en puntadas, una corriente
artística que perdura aún en la actualidad a casi un siglo de su creación.
Trabajo con artistas como Jean Cocteau, Leonor Fini y Salvador Dalí con quien
creó su celebré Lobster dress y el sombrero zapato. También las telas que utilizaba
eran innovadoras para la época gruesos jerséis tejidos por refugiadas armenias,
combinaciones de colores inusuales, uso tonos vibrantes, le gustaban los
cierres y los botones... Creó una nueva y atrevida elegancia inspirada en el
arte y, también, tenía mucho de teatral y cinematográfico.
Al finalizar la
Segunda guerra mundial todo había cambiado, incluso la moda; Christian Dior con
su “new look” que representaba la elegancia y clasicismo dominaba el mercado.
En 1954, año en que Coco Chanel retomaba su firma Schiaparelli se retira. La
creatividad, fantasía y vivacidad que la diseñadora le había otorgado a la moda
años anteriores habían desaparecido; el mundo de la moda ya no estaba hecho
para ella, aunque su legado era innegable.
En el museo de las Artes decorativas de París, más precisamente en el
jardín de las Tullerías se pudieron apreciar las dieciocho piezas que el
diseñador Christian Lacroix había reinterpretado en homenaje a Schiaparelli. Para esta colección,
titulada "Homenaje a Elsa" transformó el célebre vestido "Langosta”
en un extravagante tocado, y reinterpretó el surrealismo que formaban parte de
sus creaciones sus creaciones, el color rosa encendido que la hizo famosa, los
grandes volúmenes, su amor por los animales y la influencia de la naturaleza.